Anomalías de oído en niños con Síndrome de Down
Estas anomalías pueden abarcar a todo el sistema auditivo.
El canal auditivo externo puede ser más estrecho en el 45-50% de los casos, especialmente en su parte media, y puede ser obstruido fácilmente por el cerumen y la descamación de la piel.
Eso crea problemas de audición y dificultades para explorar la membrana del tímpano.
En el oído medio, el tímpano puede adoptar una posición oblicua.
Puede haber una menor movilidad o una malformación en la cadena de huesecillos (en el 25% de los casos), lo que origina una pérdida en la audición de carácter conductivo.
La conducción del sonido puede verse también alterada por la persistencia de tejido mesenquimatoso dentro de la cavidad timpánica (75% de los casos).
Por último, en el oído interno puede haber mayor incidencia de hidropesía endolinfática (aumento de volumen y por lo tanto presión intracoclear) dentro de una cóclea corta.
En el sistema vestibular o del equilibrio, las únicas anomalías que se observan son malformaciones de los canales semicirculares.
Parece que en el síndrome de Down existe también una reducción en el número de neuronas ganglionares espirales presentes en el hueso temporal, en comparación con las del resto de la población.
Algunos autores proponen que la degeneración del nervio auditivo pudiera deberse a una compresión progresiva del meato auditivo interno.
Por todo esto, no sólo es necesario sino obligatorio una valoración a una edad temprana del niño por parte del Otorrinolaringólogo pues todos los problemas anteriormente mencionados tienen una solución relativamente sencilla si se atienden a tiempo.