Los alérgenos inflaman las vías respiratorias, aumentan la formación de moco y generan otitis.
La conexión entre oído, nariz y garganta, a través de la llamada trompa de Eustaquio, hace que el oído también pueda verse perjudicado por los efectos de las alergias.
Por lo que los pacientes alérgicos deben extremar las precauciones para que un cuadro alérgico no pueda llegar a afectar a sus oídos.
Las partículas que penetran en las vías respiratorias producen inflamación y aumento de la formación de moco que puede afectar el oído, produciendo otitis.
Las partículas alergénicas desencadenan en la nariz distintas reacciones, y es la liberación de histamina la que genera una hipersecreción de moco y una vasodilatación, generando además picazón y estornudos.
La hipersecreción afecta la nariz y la trompa de Eustaquio, porque al tener una mayor congestión, la trompa no permite la correcta ventilación o pasada de aire.
Esto puede generar una disminución de la audición.
Por eso, es importante acudir al médico para tratar las alergias y mantenerlas bajo control.
De esta manera, evitaremos que puedan surgir inflamaciones e infecciones en el oído, que pueden provocarnos molestias como otitis, mareos, pérdida de equilibrio, sensación de presión o taponamiento e incluso, pérdida de audición.