“El triángulo de la muerte” es un área en el centro de la cara que se forma trazando precisamente un triángulo que tiene como base la unión de ambas comisuras labiales por una línea y después se traza una línea que inicia desde cada una de las comisuras y se encuentran en el centro en el área del vértice nasal, formando evidentemente una figura triangular.
Se denomina así porque el retorno venoso de la sangre en dicho territorio se produce a través de una vena superficial denominada vena angular, la cual, partiendo de las comisuras labiales, se extiende a lo largo de toda el ala nasal, para ir a parar finalmente, tras penetrar en el interior del cráneo a través del ángulo interno del ojo y la cavidad orbitaria, al seno cavernoso. Esta zona que está en el centro de la cabeza en el área de la base del cráneo se le conoce como seno cavernoso y es una cisterna vascular que recoge la sangre drenada y que se ubica en el espesor del cerebro.
Pero ¿por qué se le llama a esa área el triángulo de la muerte?, pues resulta que al ser esa parte drenada a una cisterna venosa (seno cavernoso), y esas venas no tener válvulas, una infección que se origine en el área triangular descrita, podría pasarse por las venas que drenan a la piel y mucosa nasolabial, y llegar a depositarse en el seno cavernoso e infectar no solo la cisterna sino las estructuras vecinas o que pasean a través de él.
Por el seno cavernoso pasan nervios, venas y arterias que van al ojo, músculos y además está en íntima relación con la glándula hipófisis, meninges que cubren al cerebro.
Es por eso que una infección superficial y aparente no muy significativa de la piel o mucosa de esta área triangular, puede llegar a afectar cualquiera o a todas estas estructuras pudiendo afectar la función ocular e incluso causar meningitis, encefalitis o abscesos cerebrales y por ende tener secuelas graves e incluso la muerte.
Las complicaciones mencionadas pueden ser por una infección directa de las bacterias o por la formación de coágulos en el seno cavernoso. Si esto sucede, la sangre venosa puede “retroceder” en los vasos del cerebro causando serias repercusiones. Sin el uso de antibióticos potentes de amplio espectro, esta condición puede conducir a la muerte.
Lo bueno dentro de lo serio de este padecimiento es que es raro que se presente, pues en la actualidad existe la información adecuada, las vías diagnósticas y los medicamentos y adecuados para su control preciso antes de que se complique.
Los signos y síntomas sino se detecta el problema a tiempo o no se trata de manera adecuada, evoluciona de la siguiente manera, dolor de cabeza intenso, inflamación de la esclerótica (parte blanca) de los ojos; inflamación de la periferia del ojo, abultamiento de la grasa periorbitaria; limitación de movimientos oculares; visión doble; pérdida de la visión; fiebre; convulsiones; confusión o apatía; afasia; y por último la muerte.
Es por eso que no hay que confiarse en general de las enfermedades y más si son visibles como lesiones en la piel de la cara y cuello, pero en especial de la zona triangular de la cara, el bien llamado triángulo de la muerte.