En la alberca, los nadadores comparten el agua y también los gérmenes que hay en ella. En promedio, las personas tienen alrededor de 0.14 gramos de heces la región interglútea que, cuando se desprenden, pueden contaminar el agua. Además, cuando alguien está enfermo y tiene diarrea, sus deposiciones pueden contener millones de gérmenes. Esto significa que una sola persona con diarrea puede contaminar con facilidad el agua de una piscina grande o de un parque acuático. Incluso, tragar una pequeña cantidad de agua contaminada con heces que contienen gérmenes puede hacer que usted se enferme. Muchas enfermedades pueden ser transmitidas por el agua en lugares de recreación acuática: infecciones de la piel, de los oídos, de los ojos, respiratorias, neurológicas, y otras. Si los desinfectantes en piscinas no se mantienen en los niveles apropiados, estos gérmenes se pueden multiplicar y causar enfermedades.
Recomendaciones para evitar estas enfermedades:
•No nade cuando tenga diarrea. Usted puede propagar gérmenes en el agua y hacer que otras personas se enfermen.
•No trague agua de la piscina. Evite que el agua le entre en la boca.
•Practique una buena higiene. Dúchese con jabón antes de nadar y lávese las manos después de ir al baño o de cambiar pañales. Los gérmenes que estén sobre su cuerpo terminarán en el agua. Recomendaciones para padres de niños pequeños para contribuir a mantener los gérmenes fuera de la piscina:
•Lleve a los niños al baño cada determinado tiempo o revise los pañales con frecuencia. Esperar a oír “Tengo que ir al baño” puede ser demasiado tarde.
•Cambie los pañales en el baño o en un área designada para cambiar pañales y no al lado de la piscina. Los gérmenes se pueden propagar dentro y alrededor de la piscina.
•Lave bien a su hijo (especialmente el área entrre los glúteos) con jabón y agua antes de nadar. Cantidades invisibles de materia fecal pueden terminar en la piscina.