En Monterrey la exposición al sol debe ser moderada, puesto que se han registrado altos índices de radiación ultravioleta (por sobre los 10 UV: que es un índice muy alto). Es imprescindible utilizar protección solar en la cara con gafas, sombreros, protectores solares de FPS superior que bloqueen tanto los rayos UVA como los UVB y sean resistentes al agua y al sudor.
Es muy importante no olvidar de aplicar en la piel de nariz y de orejas (aurículas). Precisamente en estas zonas hay un mayor riesgo de desarrollar cáncer secundario a exposición solar: 60% entre nariz y región nasogeniana y 9% en aurículas (aunque en esta última es menor, es importante protegerlas siempre como prevención). Específicamente, en la región de la cara casi la mitad (49%) de los tumores se encuentran localizados en la región nasal-nasogeniana, en un menor porcentaje se afectan la región geniana (14%), región auricular (9%) y región frontal (7%).
La exposición a las radiaciones ultravioletas sin ningún tipo de protección cutánea producen un envejecimiento prematuro de la piel y causan lesiones que podrían conducir a un cáncer de piel. La protección solar es esencial en todas las etapas de la vida, pero especialmente se debe de proteger a los niños y jóvenes dado que su piel es más sensible a la radiación ultravioleta. En el caso de los niños, sus mecanismos de autoprotección no están completamente desarrollados y su piel es muy delgada, por lo tanto se queman rápidamente y se broncean con dificultad, por lo que necesitan de la máxima protección. Aunque ya tenemos costumbre de utilizar filtros solares en la playa y alberca, debemos hacerlo de forma más exigente y más frecuente. Además de haernos el hábito de utilizar bloqueadores solares en la ciudad. Como precaución debemos cuidarnos especialmente si se realizan actividades al aire libre, porque aunque el día esté nublado los índices UV son muy altos, por lo que se recomienda aplicar protector solar dos veces al día. Más del 80% de los casos de cáncer de piel se podrían prevenir evitando una exposición intensa al sol, evitando las quemaduras cutáneas, especialmente durante la niñez y la adolescencia.