Entre las actividades que conducen a la hipoacusia (pérdida de audición debida a la exposición a sonidos por arriba de los 90 dB) están el mantenimiento de aeronaves en tierra, la construcción, la agricultura y los trabajos que involucran música o maquinaria a alto volumen.
Los más afectados son hombres que trabajan como peones de carga en la industria manufacturera, mineros, operadores de maquinaria, taladros neumáticos, estiradoras de metal, soldadores y electricistas de obras.
Lamentablemente el trabajador no se percata del daño mientras este ocurre, pues el efecto del ruido en el oído no causa dolor, mareos u otro síntoma perceptible. Sólo se ve reflejado en un daño gradual de la audición. Cuando el daño se convierte en permanente es recién cuando se manifiestan síntomas como zumbidos y disminución de la audición (permanente).
La única medida eficaz es la prevención mediante una higiene laboral que evite o disminuya el nivel al ruido, el tiempo de exposición y/o el uso de tapones u otros aparatos para proteger los oídos.