Los casos de infecciones en el oído externo, otitis externas, aumentan en temporada de vacaciones, debido al contacto con el agua de albercas y playas.
Según estudios, el 84 % de las otitis externas que se producen en época de vacaciones se contagian en playas y albercas a través de bacterias u hongos.
La combinación de agua y calor favorece su propagación.
Los niños son los más vulnerables a este tipo de otitis puesto que, además de pasar muchas horas en el agua, generalmente los niños se rascan los oídos o se los limpian o secan por dentro sus padres (situación que habría que evitar).
La inflamación producida por la otitis es molesta y dolorosa, y puede llegar a estropear las vacaciones.
Para prevenir su aparición es necesario evitar la entrada de agua en el conducto auditivo usando tapones o protectores, utilizar el gorro de baño para que los tapones no se salgan y no sumergirse demasiado en el agua.
Además, es necesario limpiar y secar la parte externa de los oídos con el borde de una toalla.
Se debe acudir al médico tan pronto como se detecten los primeros síntomas:
Dolor de oído
Baja audición
Secreciones en el oído