1.- Riesgo auditivo
Dos milésimas de segundo es lo que se necesita para que explote un petardo, produciendo una intensidad de sonido suficiente para poner en peligro tu audición de por vida.
La explosión de ruido es tan breve que quizás no notas la verdadera intensidad del sonido.
Los fuegos artificiales representan una potencial amenaza a nuestro sistema auditivo pues su detonación a corta distancia puede alcanzar intensidades de alrededor de los 125 decibelios y según la Organización Mundial de la Salud, todo ruido superior a 85 dB puede provocar algún tipo de trauma acústico.
La onda sonora provocada por la explosión de los fuegos artificiales puede instaurar una pérdida auditiva permanente producto del daño a las células sensoriales del oído interno, que son las encargadas de procesar el sonido hacia el nervio auditivo.
Algunos de los síntomas inmediatos de un trauma acústico son dolor de oídos, zumbidos o pitidos (tinitus) y dificultad para entender lo que las personas nos dicen.
Si sospechamos de una pérdida auditiva causada por la exposición a ruidos de altas intensidades, se debe consultar a un médico Otorrinolaringólogo para determinar el mejor tratamiento. Dependiendo de los mecanismos alterados por la exposición al ruido como de su gravedad, el médico determinará si existe la posibilidad de recuperación o no.
Las conclusiones alcanzadas en un estudio sobre las lesiones auditivas causadas por fuegos artificiales en Alemania son:
• 1 de cada 10,000 personas, al año, sufre pérdida de audición permanente por causa de los fuegos artificiales.
• Los jóvenes menores de 25 años tienen tres veces más probabilidades de sufrir daños auditivos por fuegos artificiales.
• Los hombres tienen un riesgo tres veces mayor que las mujeres.
• Los chicos de 19 años corren un riesgo 11 veces mayor que el resto de la población en general.
El 40% de las pérdidas auditivas podrían evitarse si usáramos sistemas de protección adecuados.
Es decir, todos podemos disfrutar sanamente de las festividades, teniendo en cuenta ciertas precauciones.
Algo tan simple como mantener una distancia prudente del espectáculo pirotécnico ayuda a disminuir el riesgo.
Como complemento, una excelente alternativa es usar protectores auditivos desechables que atenúan la intensidad sonora del ruido sin bloquear la audición por completo. Como lentes o gafas protectoras también.
2.- Riesgo de mutilación o quemadura
Otro riesgo es una mala maniobra con artículos pirotécnicos que puede causar la mutilación de dedos, manos y otro tipo de lesiones dependiendo de la gravedad del caso, quemaduras en todas las partes del cuerpo, desde leves a severas, que requieren hospitalización, injerto y múltiples intervenciones quirúrgicas.
Siempre será importante disminuir la gravedad de las lesiones, con estas simples maniobras, antes de acudir a algún hospital:
1.- Coloque el área de las quemaduras bajo agua fría corriendo. Deje el mayor tiempo posible. Esto ayudará a disminuir la temperatura, y reducir el riesgo de complicaciones mayores.
2.- Envuelva la herida con un paño limpio, idealmente estéril, y traslade a un centro asistencial lo antes posible.
3.- No aplique ungüentos, aceites ni cremas tópicas, esto solo perjudicará el proceso de cicatrización y recuperación del área afectada.
4.- Acuda inmediatamente al servicio médico
Evite manipular fuegos artificiales y especialmente proteja a los niños.
