El virus sincicial es un virus que causa epidemias
, muy común, altamente contagioso.
Aparece todos los años durante los meses de otoño e invierno.
La puerta de entrada para la infección es a través de la nariz y de los ojos.
El virus se esparce por medio de diminutas gotitas que van al aire cuando una persona se limpia la nariz, tose o estornuda.
Después de ingresar al organismo, se propaga por la vía respiratoria y durante cinco a siete días produce síntomas.
Por lo general, los síntomas se manifiestan como un resfrío común, de modo que el virus no se distinguirá hasta que progrese y cause una enfermedad pulmonar. Cuando eso sucede, los síntomas incluyen falta de apetito, dificultad para respirar, respiración rápida, profunda y ruidosa, silbidos en el pecho.
Aunque afecta a personas de todas las edades, es muy probable que en sus dos primeros años de vida un niño se contagie de virus sincicial.
El grupo de mayor riesgo son los niños menores de tres meses y especialmente los prematuros, que, a su vez, son los que registran mayor número de hospitalizaciones por esta causa.
Se debe poner especial atención en menores con asma, ya que el virus podría desencadenar una crisis. En los adultos mayores también puede producir enfermedades de mayor gravedad.
Hay que considerar que en alrededor del 10 % de los casos el virus provocará una bronquiolitis, condición que se manifiesta mediante dificultad para respirar, obstrucción de la vía aérea, silbidos en el pecho e hipersonoridad pulmonar.
Por ser un virus altamente contagioso que se transmite a través de secreciones respiratorias, objetos y manos, la mejor medida de prevención es el lavado de manos de manera regular, especialmente antes de tocar a un bebé.